Sabiendo que la familia es el pilar más importante en la existencia del ser humano porque brinda protección, cariño, bienestar, seguridad y es el eje fundamental del crecimiento y desarrollo de un recién nacido, no tenemos otro modelo en todo el trasncurso de nuestra vida que la familia en que nacimos y crecimos, donde se nos inculcan todas las pautas y reglas de convivencia, se nos forma en valores y sentimientos, definitivamente la familia es el centro de todo nuestro ser. ¿Qué sucede entonces cuándo a nuestro núcleo familiar llega un niño con una discapcidad ?
Cada familia es diferente, como los procesos que suceden en su interior. En muchas ocasiones estas familias experimentan hechos que pueden ocasionar situaciones impactantes, uno de ellos es el nacimiento de un niñ@ con condiciones especiales. Es sabido que la noticia de que el bebé viene con una condición especial, es recibida por nuestra familia como un shock, algo inesperado, diferente que rompe con todas las espectativas de la llegada de un hijo sano. Todas las ilusiones, sueños y esperanzas que teníamos con el nuevo bebé se vienen abajo, es como una ruleta de confusiones y sentimientos. de rechazo o de aceptación, de miedo e incertidumbre.
Certeramente la nueva situación cambia de forma profunda la estructura familiar, empiezan un itinerario desconocido y al cual no estabamos preparados. El periodo de aceptación de cada núcleo familiar, donde nace un menor con discapacidad, es diferente; partiendo del hecho que todas las familias son distintas. Es un periodo de acoplamiento, los padres acabamos de recibir un hijo que no esperabamos , los hermanos un compañero con condiciones que no contaban y así enumeraríamos los sentimientos de tios, primos y abuelos. La información que vamos adquiriendo los padres es crucial sobre la toma de desiciones sobre la atención temprana que debe requerir el menor. Esta información es extensiva a todos los miembros de la familia, dependiendo de la actitud que nosotros tomemos, el resto de la familia actuará en consecuencia.
El único sentimiento que indudablemente y sin miedo a equivocarme, es común denominador en todas las familias que tenemos la bendición de recibir un regalo tan maravilloso, es EL AMOR . El amor es el único sentimiento que nos dá la fuerza para poder empezar cada día, para luchar y sacar adelante a nuestros hijos y dar lo mejor de nosotros a pesar del cansancio y muchas veces de la frustración. El amor es el motor que nos dá el ánimo para disfrutar la cotidianidad de nuestro hijos, deleitarnos con sus avances y sus progresos.
Es el amor el que nos sostiene en los momentos díficiles, complejos y dolorosos a los que nos enfrentamos debido a su condición.
Por eso nuestro deber como profesionales en salud es entender el compromiso afectivo y psicológico que nuestras familias han tenido que vivir, las situaciones de duelo por las que estan atrevesando, las espectativas puestas en el niñ@ debido a su discapacidad, mirar el entorno en que se desenvuelven, saber si cuentan con sistemas de apoyo o de ayuda.
Es nuestro deber humanizar toda nuestra atención profesional, no separar el tratamiento odontológico de la realidad del menor, si no al contrario, brindarle todo el apoyo y la comprensión, al niñ@ y a su familia. Por eso es relevante conocer la patología de base del niño, sus complicaciones sistémicas, las manifestaciones de su condición en cavidad oral, pero lo más trasendental es entender toda la complejidad que la familia está viviendo su desconcierto, inseguridad, desilusión, dolor, culpa, miedo, rechazo, rabia, etc. y de allí direccionar el tratamiento odontológico para minimizar traumas tanto en el pacientico como en su familia.
"Odontólogos especiales para pacientes especiales"
Es el amor el que nos sostiene en los momentos díficiles, complejos y dolorosos a los que nos enfrentamos debido a su condición.
Por eso nuestro deber como profesionales en salud es entender el compromiso afectivo y psicológico que nuestras familias han tenido que vivir, las situaciones de duelo por las que estan atrevesando, las espectativas puestas en el niñ@ debido a su discapacidad, mirar el entorno en que se desenvuelven, saber si cuentan con sistemas de apoyo o de ayuda.
Es nuestro deber humanizar toda nuestra atención profesional, no separar el tratamiento odontológico de la realidad del menor, si no al contrario, brindarle todo el apoyo y la comprensión, al niñ@ y a su familia. Por eso es relevante conocer la patología de base del niño, sus complicaciones sistémicas, las manifestaciones de su condición en cavidad oral, pero lo más trasendental es entender toda la complejidad que la familia está viviendo su desconcierto, inseguridad, desilusión, dolor, culpa, miedo, rechazo, rabia, etc. y de allí direccionar el tratamiento odontológico para minimizar traumas tanto en el pacientico como en su familia.
"Odontólogos especiales para pacientes especiales"